Los beneficios y los perjuicios de una dieta pobre en fructanos.
Dr. José F. Suárez Crespo. https://funcionales.es/
Los fructanos pueden agravar los síntomas del intestino irritable pero a su vez se sabe que estos ejercen un efecto muy beneficioso sobre el organismo ya que poseen propiedades que facilitan la acción de probióticos, son inmunomoduladores y antioxidantes, previniendo entre otras la hipercolesterolemia, diabetes, osteroporosis o incluso el cáncer de colon al reducir el riesgo de desarrollar pólipos.
La sacarosa o azúcar común, es un disacárido compuesto por una molécula de glucosa y otra de fructosa. Los fructanos, también conocidos como inulina, son derivados naturales de la sacarosa, siendo su estructura química ramificada y formada por varias moléculas de fructosa (a veces más de 100) y algunas moléculas residuales de glucosa, siendo la distribución de éstas y su número la que les confieren sus distintas propiedades. Cuando el fructano es más sencillo y tiene menos de 20 moléculas se llama también fructooligosacárido.
Son ricos en fructanos determinadas plantas como el ágave mejicano (planta del tequila), achicoria, trigo, centeno, espárragos, alcachofas, ajo, cebolla y en menor cantidad la col, coliflor, brócoli o remolacha.
Una dieta pobre en fructanos puede aliviar en parte algunos de los síntomas del intestino irritable, sobre todo la distensión abdominal, el meteorismo y la diarrea, y forman parte de la llamada dieta FODMAP’s. Ésto se debe a que este tipo de compuestos no se absorben apenas en el intestino delgado, favoreciendo la fermentación bacteriana en el colon con la consiguiente aparición de síntomas propios de esta intolerancia en pacientes predispuestos o hipersensibles (sobre todo dolor y distensión abdominal, meteorismo, borborigmos y diarrea).
Sin embargo son muy bien conocidas las magnificas propiedades de este tipo de alimentos para la salud, sobre todo por su características prebióticas, facilitando el crecimiento de una flora intestinal rica en Bifidobacterias y Lactobacillus (comensales habituales de los fructanos), por lo que su uso continuado podría aumentar su tolerancia. Además tienen propiedades inmunomoduladoras y antioxidantes pudiendo ayudar a prevenir, según algunas publicaciones científicas, determinadas infecciones intestinales, el cáncer de colon y la enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa). También hay estudios que demuestran que mejora el perfil lipídico de la sangre, con lo que se consigue bajar el colesterol y triglicéridos, e incluso previene o mejora la diabetes mellitus al estimular la GLP1, por lo que se convierten en cardioprotectores, previniendo la arterioesclerosis y el infarto de miocardio. Hay otros trabajos que incluso hablan de sus propiedades beneficiosas sobre la osteoporosis al favorecer la absorción y el metabolismo del calcio e incluso su carácter neuroprotector en la madre y el feto mediante la reducción del estress oxidativo y la neutralización de determinadas sustancias neurotóxicas. Los fructanos también ayudan a combatir el estreñimiento porque se comportan como fibra alimentarias y tienen ligeras propiedades laxantes.
Por lo tanto el paciente debe de saber que en el equilibrio de la dieta esta realmente el secreto de la salud y antes de realizar ninguna dieta desequilibrada, aunque parezca sana, es conveniente consultar con su médico de cabecera o especialista de digestivo o nutrición clínica. También debe saber que la intolerancia a fructanos nada tiene que ver con la intolerancia a la fructosa-sorbitol o sacarosa, ya que aunque sus síntomas pueden ser similares, no tienen porque coexistir ambas intolerancias en todos los pacientes (el fructano no se absorbe nunca en la personas normales y no se debe a ningún déficit, la intolerancia a fructosa-sorbitol se debe a un déficit de transportador intestinal GLUT-5 y la intolerancia a la sacarosa a un déficit de la enzima sacarasa).